domingo, 30 de marzo de 2014

Inconscientemente

Soñé, que nunca más soñaba.
Que todo se volvía gris y abstracto.
Que me caía en un pozo y no tenia de donde agarrarme.
Soñé, con el universo infinito y con los satélites.
Había polvo de estrellas y destellos por doquier.
Soñé, con un plato de sopa caliente, servido con amor, crutones y un timbal de alegría.
Había una mesa larga, porcelana china y servilletas de seda.
Ahora me toca soñar con un viaje, caminatas, paisajes y el calor de los abrazos.
Olores y sabores, que me van a encontrar.
Buenos viajes.

Adiós.

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