domingo, 20 de enero de 2013

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Tempestad.
Algo gris, lluvioso y tenebroso.
Pasando esta.
Por mi vida.
Están volviendo los buenos momentos.
Y yo me pongo a pensar.
Y entonces, la tempestad se pone más dura.
Pero se remar.
Y ella me ayuda.
Y ellos.
Y la fotografía y la guitarra.
Los amarillos, nube y cafu.
La pizza, la cocina y las cosas ricas.
La coca, la música y los espacios verdes.
Todo.
En un conjunto.
Cósmico.
Mágico.
Irreal.
De otro mundo.
De las afueras.
Del este.
O tal vez del oeste.
Donde habita mi ser.
Mis ganas.
Y donde se me agotan las baterías.

Adiós 

lunes, 14 de enero de 2013

Morón

Te conozco a vos Morón.
Cálido y pegajoso, Morón.
Lleno de gente que viene y que va.
Gente que le reza a su Dios.
Que come garrapiñada y que mira el sol en esa plaza grande y familiar.
Morón, cuantos secretos escondes.
En cada esquina.
En cada cruze.
La gente mira melancólicamente esas palomas.
Espera su colectivo.
Y se seca el sudor con un pañuelo.
Rawson.
Constituyentes y Cabildo.
Calles.
Diagonales, muy pocas.
Eva Perón.
Brown y Belgrano.
Ahora solo quiero resignarme.
Y dejar de pensar, en eso que pensaba antes.
Caminar.
Pedalear.
Esperar que el viento me sople un poco.
Y seguir por esas veredas flojas y traicioneras.
Aunque no me importe.
Porque cuando llego.
Me siento en casa.

Adiós.


martes, 8 de enero de 2013

Eso

Extraño.
Como me mirabas.
Eso que sentías.
Como me abrazabas.
Eso que sentías.
Como me besabas.
Eso que sentías.
Extraño darte la mano.
Caminar y reír.
Extraño dormir.
Y despertarme, viendo tus ojos.
Grandes y radiantes.
Como dos lunas o dos soles.
Que alegraban la mañana o la noche de cualquiera.
Extraño ese sonido que hacías.
Y la tranquilidad que me daba estar al lado tuyo.
Extraño.
Esas manos.
Y esa forma de ver la vida.
Ahora.
No hay vuelta atrás.
Será cuestión de olvidar.
Lenta y dolorosamente.
Todo.

Adiós.