sábado, 22 de diciembre de 2012

Pollera y bicicleta no se llevan bien.

Aprendí.
A no tener miedo.
A que esa pata ya no tiemble.
Aunque hoy, tembló.
Aprendí.
A enfrentarme, si es necesario.
Y aprendí, a no callarme.
Solo me falta aprender ciertas cosas.
Limpiar heridas.
Cerrar los ojos y dejar que la magia suceda.
A doblar a la izquierda.
A no trabar mi boca cuando hablo.
A dejar la intolerancia de lado.
Y los rencores, también.
Aprender.
Es algo que se hace con tiempo.
Y se práctica día a día.
Tras una caída.
Tras una cachetada.
Tras un engaño.
Tras una jugada.
Estas aprendiendo.
Algo.
Nuevo.
Diferente.
Y se presentan esas cuestiones.
Que nos vuelven locos y locas.
No quiero caer allí.
En ese pozo profundo, donde lo único que te ilumina es la oscuridad.
No quiero.

Adiós.

viernes, 21 de diciembre de 2012

4 hs

Empieza.
Con calor y con sol.
Radiante y rabioso.
Noche larga.
Oscura.
Rara.
Negra.
Hermosa.
Como la sonrisa, de aquel hombre.
Hermosa.
Como los gatos y los perros.
Y el calor, aplastante.
Nos da la bienvenida.
Y yo le abro la puerta de mi congelador.
Y el derrite todo.
Mi paciencia.
Mi confianza.
Mi seguridad.
Mi autoestima.
Y los puesto, cansados.
Con colores y olor tropical.
Buenos Aires.
Tropical.
Faltan monos.
Aunque, creo que ya hay.
Buenos Aires.
Tropical.
Banana-Kiwi-Ananá.

Adiós.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Uno de hormigas.

Hoy abrí los ojos, tras esa pesadilla.
En esa pesadilla, donde una araña era una lagartija.
Y vi muchas hormigas.
Y me pregunté, ¿Duermen? 
¿Duermen las hormigas? 
¿Soñarán?. 
Y luego me imaginé que si.
Que sueñan, comen y respiran.
Y tienen hambre.
Y sienten temor.
Y sienten frío.
Después de una mañana agitada.
Después de pensar, que quería escribir.
Decidí.
Pedalear.
Y pedaleé. 
Mucho tiempo.
Y se me salió la cadena.
Y me sentí en un almanaque.
Engrasada.
Mecánicamente sucia.
Tonta.
Desorientada.
Pero recordé una gran lección y lo solucioné.
Y un hombre, decidió hablarme.
Y pedaleamos. 
Y yo escapé.
Y las manos me lavé. 

Adiós.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Breveda a a a ad

Seré breve, pues el tiempo corre.
Seré breve, para no herir sentimientos.
Soy una masa de huesos y músculos.
Rojos y sangrientos.
Blancos y aireados.
Con líquidos y fluidos.
Con células y cartílagos.
Sintetizaré.
Seré breve.
Diré las palabras justas.
No hablaré de más.
Si digo algo más.
Creo que estará mal.
Hay que pensar, cada palabra.
Pensarla.
Y después, viene la reflexión.
O la inflexión.
O la implosión.
No sé cual me gusta más.
3 meses de disfrutar a mi manera.
Con dolor de cabeza.
Jaqueca.
Jaque.
Mate.
Y las ganas de ponerme el delantal.
Y sacar chispas en mi manos.
Para hacer eso.
Y disfrutar.
La brevedad.
Será breve, reducida o tal vez corta.

Adiós.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Triste Lunes

Hoy, hoy, si hoy.
Tenía la necesidad básica de saber de ti.
Y el calor, respondió de manera negativa.
Ayer, fue un domingo agradable.
Paz.
Mucha.
Sol.
Agua turbia.
Y algo rico que beber.
Y hoy.
Triste lunes.
Tratando de imaginarme una sonrisa.
Tratando de que caigan esas gotas.
Y el calor que nos sofoca a todos.
Transpirar la gota gorda.
Y respirar.
Mirar ese hermoso atardecer, y sentir que tu cuerpo, se mueve solo.
Mirar ese hermoso atardecer, y llorar.
Llegar a la esquina, y que el colectivo aparezca.
Eso es un milagro.
Llegar a la esquina, y que te contesten.
Eso es un milagro.
Y que el sol, se retire de esa forma tan bella, pone mis pelos de punta.
Ese cielo violeta, naranja y rojo.
Lleno de nubes blancas, que realzan su color.
Necesito bajar mi ansiedad.
En Tres.
Dos.
Uno.
Ahora.
Ya.
En este preciso momento.
Agua y más agua.
Hielo y más hielo.
Y pastillas para calmar las ansias.

Adiós.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Baches

Amarillo.
Blanco.
Pileta y agua clara.
Colores y sabores.
Uno que me encanta.
Y me llenó de dudas.
La desgracia.
Me persigue, me busca, me quiere.
Me desea.
Pero, yo trato de esquivarla, y la vuelvo a encontrar.
En una plaza.
En la colectora.
En ese puente.
Es la maldición de él.
Es su maldición.
Que no me deja dormir y no me deja sentir.
Ahora quiero dormir, dormir, por un rato largo.
En esa silla de tres sillas.
Rodeada de libros e historia.
Rodeada de polvo y madera vieja.
Dormiré para olvidar y para evitar pensar.

Adiós.