Vos, ya no.

No me olvido.

De ese momento.

Cuando llegaste.

Subiste.

En cuatro patas.

Trepando escalones grises.

No me olvido.

Cuando adentro te fuiste.

Y cuando me dejaste, por un instante.

Y no me olvido de vos.

Cuando afuera te fuiste.

Y cuando me dejaste, para siempre.
Y no me olvido de vos. 

Cuando te quedaste.

Y me diste amor.

Y cuando te fuiste y me rompiste el corazón.

No me olvido.

Si me olvido.

Me miras y me buscas.

Me ignoras y me olvidas.

Me tocas y me molestas.

Me ignoras y me olvidas.

Algo vino.

Algo se fue.

Algo da amor.

Algo rompe.

Algo quiero que aparezca.

Vos, ya no.

Adiós. 

(...)

Es necesario todo esto.

Todo lo que sucede.

El silencio.

Dice.

Miles y miles de palabras.

El silencio.

Dice.

El silencio, habla.

A su manera.

Uno entiende mejor.

Yo lo entiendo.

Así.

Me gusta el silencio.

Compartido.

En soledad, no es tan grato.

Es más frío. 

Adiós. 

Quiero

Vuelve el frío.
Y esta vez, viene bravo.
Alguien lo trajo de algún lugar remoto.

En una bolsa de hielo.
O en una helatodo.
Raro.
Yo se que será un cruel invierno.
Aunque hoy diga, que tengo zapatos.
Quiero concentración.
Sobre todo dedicación.
Una amiga, que tenga celular.
Un amigo, que me llame.
Un abrazo, de una abuela.
Un vaso de coca, no tan frío.
Algo dulce y casero.
No quiero marearme.
Quiero un beso de madrugada.
Una palabra.
Una sorpresa.
Quiero ver la luna mil veces.
También el sol.
Júpiter, Saturno, Uráno y Plutón.
Constelaciones.
Leer esas hojas, una y otra vez.
Faltan 15 días.
Tranquila estoy.
Pero 15 días faltan.
Y justo pasó.

Adiós.